miércoles, 29 de mayo de 2013

Calabacines luna rellenos de bechamel de salmón

Buenas tardes! Hoy vamos a analizar una receta riquísima que a priori la mayoría de la gente pensará que no cocinarán más que en ocasiones especiales, bien por lo aparentemente elaborada que es, bien porque creerán que es una bomba calórica... Pues bien, después de analizarla nutricionalmente, veréis que no solo es un plato perfectamente indicado para introducir en la dieta de mayores y pequeños, sino que también es súper sencilla y está exquisita... Así pues, todo son ventajas! Venga, acompañadme a los fogones!

¿Qué necesitaremos?

Para esta receta necesitaremos como ingrediente fundamental CALABACINES. Hemos empleado calabacines luna, de esos pequeñitos y redondos, porque la verdad es que se dan más a este tipo de preparación. Nutricionalmente no hay diferencia destacable entre los calabacines tradicionales (los verdes oscuros alargados o los blancos) y el calabacín luna, pero lo cierto es que estéticamente la diferencia es notable a la hora de rellenarlos.
No es fácil encontrar este tipo de calabacines, alguna que otra vez se ven en LIDL (donde los compré) o en el mercado. De todas formas, como digo, se puede elaborar la misma receta con los calabacines tradicionales.

Necesitaremos también una rodaja de salmón fresco bien hermosa. Es importante que esté bien fresco, para que al asarlo pierda su grasita y poder así aprovecharla para la bechamel.
Para completar los ingredientes, emplearemos cebolla o cebolla fresca, harina y leche semidesnatada para elaborar la bechamel; aceite de oliva virgen extra, nuez moscada, pimienta de colores y perejil.

Como ingredientes opcionales podemos utilizar taquitos de queso para fundir (en mi caso los empleé, aunque la receta queda igualmente bien solo con el gratinado de la bechamel; pero siempre un toquecito de queso fundido se agradece), frutos secos para adornar, etc.

Preparación.

En primer lugar, lavamos bien los calabacines y les quitamos la tapita, que reservaremos para adornar al final. 
Ponemos una olla alta con agua salada al fuego y metemos los calabacines, hirviéndolos por espacio de unos 10-12 minutos (que quede la piel tersa, no interesa cocerlos mucho).
Mientras, en una sartén antiadherente (es importante que sea antiadherente, ya que en esa misma prepararemos la bechamel) muy caliente, asamos la rodaja de salmón. Salamos y esperamos que se dore. Una vez listo, escurrimos bien del aceite que suelta y reservamos el aceite en la sartén. Por otra parte, esperamos que se enfríe el pescado un poco para poder quitarle las espinas y pieles y desmenuzarlo.

Por otra parte, cogemos la cebolla y la limpiamos bien. La picamos bien finita. De una unidad hermosa, reservamos algo más de la mitad, para saltearla luego con el calabacín y el salmón.
Tengo que decir que yo empleé cebolla fresca para la bechamel y cebolla normal para la farsa de calabacín y salmón. Ambas son parecidas nutricionalmente, pero la cebolla fresca al ser más suave y dulce me pareció una mejor opción para la bechamel.

En la sartén del salmón echamos la cebolla fresca, salamos y dejamos hacer a fuego medio-lento, para que se vaya pochando y soltando sus jugos. Si necesitamos más aceite, añadimos un poco más. Una vez la cebolla esté transparente, bajamos el fuego y añadimos poco a poco, espolvoreando, la harina. Vamos removiendo muy bien para evitar que se nos pegue y salgan grumos. 
Para elaborar una buena bechamel es fundamental la paciencia, que el recipiente no se pegue y una temperatura adecuada. 
Freímos un poco la harina para que pierda sabor y una vez esté bien integrada con la cebolla, incorporamos muy poco a poco la leche a chorritos pequeños (mejor a temperatura ambiente). Aquí sí que es imprescindible ir mezclando y removiendo muy bien la mezcla, asegurándonos de que quede bastante espesa antes de ir añadiendo otro chorrito de leche. Es fundamental integrarlo todo bien, para evitar grumos y que quede una bechamel suave.
Cuando alcance una textura espesita pero no tan dura como la de las croquetas, ponemos al punto de sal y pimienta y agregamos nuez moscada. Removemos y apartamos.

Volvemos a los calabacines. Una vez cocidos, los apartamos y pasamos por el chorro de agua fría para cortar la cocción. Cogemos una cuchara adecuada y nos disponemos a vaciarlos. Es importante tener paciencia y hacerlo con suavidad para no romper la piel. 
Una vez tenemos toda la carne, la escurrimos bien (suelta mucha agua) y la picamos.
En otra sartén, con un chorro de aceite de oliva virgen, incorporamos la cebolla que habíamos reservado antes y la carne del calabacín. Ponemos sal y dejamos que tome sabor y color unos minutos. Cuando estén bastante integrados añadimos el salmón desmenuzado que habíamos reservado y damos otras vueltas.
A continuación, bajamos el fuego y añadimos la bechamel a la mezcla, removiendo bien para que todo quede perfectamente integrado. Ya tenemos listo el relleno de nuestros calabacines.

Con una cucharilla vamos rellenando con cuidado los calabacines, apretando bien. Los disponemos en un plato o una fuente apta para el grill y gratinamos unos minutos. 
Si queremos, podemos poner unos taquitos de queso para que fundan (yo lo hice, como se ve en la foto y el resultado es espectacular).
Finalmente, una vez gratinados, adornamos con las tapas que teníamos reservadas y una ramita de perejil y... A COMER!!




En la siguiente entrada analizaremos nutricionalmente el plato; daremos ideas y opciones para completar el menú, así como otras variedades en caso de padecer alergias o enfermedades para las que no sea una receta adecuada. Además, podremos aprender cositas sobre los ingredientes empleados... ¿Os lo vais a perder?
¡Os espero!

domingo, 26 de mayo de 2013

La espirulina

Me preguntan esta mañana que qué hay de cierto en el consumo de espirulina para bajar el colesterol.

En primer lugar, comentar que la espirulina es una bacteria perteneciente al grupo Cyanobacteria , y considerada como perteneciente al grupo de las algas verde-azules. Se trata de organismos unicelulares y fotoautótrofos, aunque realmente se trata de organismos procariotas, y no de algas como se creía anteriormente.
Realmente se conoce desde hace muchos años (hay evidencias de que los aztecas ya la introducían en su dieta habitual), aunque no es hasta finales del siglo XX cuando empieza a consumirse y prescribirse de forma industrial.
Tal y como se habla en el artículo al que me dirigen (http://blogdefarmacia.com/espirulina-para-bajar-el-colesterol/), estoy totalmente a favor del uso de esta alga para combatir la hipercolesterolemia, si bien es cierto que no existen soluciones milagro si no nos cuidamos un poco. 
Además, la espirulina es un alga rica en proteínas de alto valor biológico, antioxidantes (especialmente betacaroteno), hierro asimilable, vitamina B12 y ácido gamma linoleico; contine además vitamina E, calcio, fósforo y magnesio, lo que la hace un suplemento bastante adecuado en algunas carencias nutritivas, no solo contra la hipercolesterolemia, como anemia, desmineralización y agotamiento.
Por tanto, mi consejo es que, ante casos de colesterol alto, podemos acompañar nuestra dieta (baja en grasas saturadas y azúcares simples, fundamentalmente) de la ingesta de esta alga.

Algunos remedios dietéticos para disminuir el colesterol alto son los siguientes:



  • Consumir alimentos naturales bajos en grasas, como vegetales, cereales y granos integrales, frutas y frutos secos.
  • Evitar alimentos ricos en grasas saturadas, como embutidos, mantequillas y margarinas, lácteos enteros, bollería industrial, chocolates y bombones, mayonesas y salsa grasas, etc.
  • Aumentar el consumo de grasas poliinsaturadas (en especial omega 3), responsables del aumento de colesterol bueno o HDL, con efecto protector, al encargarse de retirar el colesterol LDL sobrante de las arterias y tejidos y mandarlo al hígado, para su eliminación. Fuentes ricas en grasas poliinsaturadas son los pescados azules (atún, caballa, sardinas, boquerones, salmón...), semillas de lino o sésamo (y sus aceites) o nueces.
  • Consumir grasas monoinsaturadas, cuyo principal representante en  nuestra dieta es el aceite de oliva (mejor virgen), responsable también de aumentar el colesterol bueno o HDL y evitar la oxidación de LDL (colesterol malo) o el aguacate.
  • Limitar el consumo de colesterol diario a cifras inferiores a 300-250 mg/día. Encontramos colesterol en alimentos como vísceras, mariscos y yema de huevo. No digo con ello que deban eliminarse por completo, ya que poseen por contra muchos otros beneficios, pero sí limitar su consumo. Realmente los alimentos que deberían evitarse son aquellos ricos en grasas saturadas y colesterol, como los patés y embutidos, hamburguesas, salchichas y otros derivados cárnicos, especialmente de comida rápida.
  • Aumentar el consumo de proteína de origen vegetal, combinando alimentos como legumbres y cereales (lentejas con arroz, fideos con garbanzos, etc). Se recomienda consumir legumbres al menos 2 veces/semana.
  • Aumentar el consumo de fibra, presente en frutas, legumbres y hortalizas. La fibra ayuda a eliminar los sobrantes de colesterol y grasas, impidiendo su absorción. Para ello, deben elegirse alimentos integrales y no procesados y al menos 5 piezas entre frutas y verduras al día.
  • Aumentar el consumo de vitamina C y E, selenio y betacaroteno (como la espirulina), potentes antioxidantes que impiden la absorción de colesterol LDL y la formación de placas de ateroma en las arterias.
  • Como recomendaciones que apoyan una dieta correcta también indicaremos realizar actividad física moderada de forma periódica, no fumar, no beber alcohol en exceso (mejor una copa de vino tinto en la comida, rico en antioxidantes y con efecto cardioprotector) y controlar los niveles de estrés.
  • Otras plantas, especias y remedios naturales útiles para bajar el colesterol son: el cóleo (planta de la familia de la menta), milenrama o "hierba de Aquiles", el espino blanco, la canela, la cúrcuma, el clavo, el jengibre o el pimentón.


A continuación os dejo un menú de un día para combatir el colesterol:

DESAYUNO: Zumo de limón y pomelo con una cucharada de miel
Yogur desnatado natural con canela, semillas de lino y sésamo, nueces y cereales integrales

MEDIA MAÑANA: Licuado de apio, pepino, zanahoria y manzana con un toque de pimentón
Tortitas de arroz integral con atún, tomate y aguacate

ALMUERZO: Lentejas con verduras y arroz 
Pan integral 
Tisana de milenrama

MERIENDA: Batido de fresas con leche desnatada o de soja

CENA: Ensalada de endibias, espárragos, pimientos, cebolla, tomate y caballa en aceite
Filete de pavo a la plancha con ajo y perejil
Pan integral
Infusión de hierbas relajantes (melisa, hierbaluisa, passiflora...)

RECENA: Yogur desnatado con canela o vaso de leche desnatada


Fuentes texto:

- www.wikipedia.org
http://www.nutricion-dietas.com
http://www.espirulina.es/

jueves, 23 de mayo de 2013

Etapa 11. Salamanca - Tábara

15 de Julio de 2.012

Nos levantamos súper temprano porque en la habitación éramos muchos y entre los ronquidos y las horas de despertarse de cada uno, a las 7.00 am estábamos en planta.
Preparamos las cosas, nos despedimos y salimos.
Hace mucho frío (8º C). Llevamos las camisetas térmicas, los forros polares y las bragas, y aún así, tenemos frío.
Salimos con intención de desayunar y engrasar las bicis en el pueblo donde comimos ayer. 
Desayunamos y engrasamos las bicis y antes de las 9.00 am tomamos la carretera de Zamora. ¡Qué frío! Menos mal que, a pesar de todo, la carretera está bien, hay poquísimo tráfico y es muy llanita.
Nos pasan muchos ciclistas, aunque llevamos buen ritmo y la moral bien alta. Lo que me jode es un viejo que adelantamos casi al salir y nos adelantó poco antes de llegar a El Cubo de la Tierra del Vino... ¡qué coraje!
Paramos en El cubo a tomar un café y descansar un rato (me sigue doliendo la barriga y me siento algo incómoda). Continuamos rumbo a Zamora, llegando antes de las 13.00 h.
Sigo teniendo frío... esto es inconcebible, después de los calores que hemos pasado por allí abajo...
Damos una vuelta por Zamora, que nos resulta pequeña pero muy bonita, en busca de un bar que ofrezca menú del día para almorzar (con la barriga medio tocada y tantos días comiendo porquerías, nos apetece una comida como "Dios manda"). Acabamos en el Bar Chary, donde literalmente nos hinchamos de comer (súper menú que me puede, aunque mi hermano logra acabarlo, riquísimo y muy abundante). Acabamos sobre las 16 h, hartos de comer y por fin con calor. 
Volvemos a montarnos en la bici y pedalear rumbo Roales de Pan.
Hoy todo el camino lo hacemos por la N-630. A partir de Roales la autovía (A 66) se acaba y se condensa todo el tráfico en la N-630. Ahora sí que hay tráfico... Hasta Montamarta vamos rápido y más o menos bien porque el arcén es muy ancho; pero a partir de Montamarta, a unos 5 kilómetros, hay que tomar el desvío de la N-631 a Puebla de Sanabria y ahí ya la cosa pinta más fea. Los arcenes son nulos y la carretera lleva muchísimo tráfico.
Nos quedan unos 25 kilómetros hasta Tábara, por una carretera rectilínea y aburrida. Lo bueno es que apenas hay cuestas, así que, a pesar del cansancio, llegamos bien al albergue.
Durante todo el camino mi hermano el pobre me anima, pero el cansancio hace mella... De todas formas, a pesar de todo, la barriga se comporta, tengo molestias pero se sobrellevan y, más o menos  llegamos a buen ritmo a Tábara.
112 kilómetros por carretera, son las 19.00 horas más o menos y el albergue es gratuito. Está lleno pero encontramos cama libre.
Una ducha, escribir el diario, organizar el día de mañana y poco más...


RESUMEN DE LA RUTA:
  • Distancia: 112 km.
  • Dificultad: Media
  • Tiempo aproximado: 8 horas (incluyendo descansos)





Después del día de descanso y la baja del día anterior, decidimos no aventurarnos por el camino y tomar la carretera (hasta Zamora el camino discurre paralelo a la carretera. Luego, aunque se desvía un poco, no se aleja demasiado de ésta). El perfil hasta Zamora no es demasiado complicado (nosotros teníamos la ventaja de haber descansado el día anterior, aunque nos lo tomamos con calma porque después de la gastroenteritis tampoco quise forzar); luego, desde Zamora hasta Tábara comienza a hacerse algo más pesado por la acumulación de kilómetros y el tráfico que lleva la carretera. 
Tengo que comentar que en esta etapa, podía haberse llegado a Tábara por dos caminos, el que hicimos nosotros, a partir de Montamarta tomando el desvío y siguiendo la nacional N-631 dirección Puebla de Sanabria (en una sola etapa de unos 30 kilómetros que discurre por el arcén de la carretera nacional -mucho tráfico-); y el que marcaba la guía, que era seguir hacia Granja de Moreruela una vez pasado Montamarta (es el camino que lleva a Astorga, donde enlaza con el Camino Francés). Nosotros decidimos desviarnos y continuar nuestra aventura por el Camino Mozárabe, entrando en Galicia por Ourense.
En ésta etapa es imposible perderse, tanto si se va por el camino o por la carretera. Está todo señalizado y el camino se ve perfectamente desde la carretera. Lo más incómodo del día, sin duda alguna, es el circular por una carretera con tanto tráfico. Existen múltiples puntos para parar, en caso de necesitar repostar o pernoctar. La verdad es que es una de las etapas con más servicios y con más facilidad para parar y descansar.
El Cubo de la Tierra del Vino es la primera localidad de la provincia de Zamora, pequeña población donde pudimos descansar hasta llegar a Zamora. 
Entramos en Zamora por el puente medieval. Es una ciudad pequeña y acogedora que merece la pena por sus calles empedradas y monumentos (catedral románica del siglo XII, museo Catedralicio, museo de la Semana Santa, casas palaciegas y 19 iglesias). Nosotros nunca habíamos estado allí, así que aprovechamos todo el mediodía para hacer turismo ciclista por sus calles y disfrutar de un paseo agradable por el centro de la ciudad.
Como punto fuerte destacar la riquísima gastronomía del sitio. Creo que fue uno de los mejores almuerzos de toda la aventura; de hecho, nos costó salir de allí una hora y media más, tratando de hacer la digestión para no quedarnos dormidos por el camino.
Sobre las 16.15 h decidimos dejar atrás Zamora y continuar por la carretera rumbo Roales de Pan y Montamarta. Este tramo se hace extremadamente fácil, por el arcén de la N-630 llegamos en un ratito a Montamarta. 
Hay que comentar que a partir de Roales de Pan la autovía A-66 se acaba y condensa todo el tráfico en la carretera nacional. No se hace incómodo hasta Montamarta porque el arcén es extremadamente amplio, y el tráfico, aunque denso, no impide la circulación cómoda. Sin embargo, a unos 5 kilómetros de Montamarta, la cosa se pone más fea, ya que, a partir del desvío hacia Puebla de Sanabria, los arcenes de la carretera se hacen prácticamente inexistentes y la carretera, de segundo orden, condensa muchísimo tráfico.
Los últimos 25 kilómetros hasta Tábara se hacen aburridos, por una carretera rectilínea y carente de parajes impactantes. Lo bueno es que la etapa es bastante lisa y, aunque se nos hizo aburrida, no fue una etapa de máximo cansancio.
El albergue de Tábara es gratuito y ya empezamos a encontrarnos gente. De hecho, temíamos quedarnos sin cama, cuando llegamos ya estaban todos los peregrinos caminantes cenando y casi listos para acostarse. Sin embargo, llegamos a buena hora y fueron los que llegaron tras nosotros los que se quedaron sin dormir en Tábara. Como aclaración, todo lo relativo al albergue se gestiona en una cafetería que hay en la plaza del pueblo, allí te sellan la credencial y, de paso, te instan a que te tomes un cafelito o un bocadillo en el bar... 

Alojamientos disponibles: la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Huelva nos facilita los siguientes:
  • Calzada de Valdunciel (Km. 555):
    • Albergue Municipal. 8 personas. Preguntar por Marta. 923 310 016 / 923 310 024.
  • El Cubo de la Tierra del Vino (Km. 575):
    • Albergue Municipal. 16 personas. Preguntar por Felipe. 670 848 602. 6€.
    • Albergue Parroquial. 980 577 311.
    • Habitación y comidas. Sra. Carmen. 980 577 418.
    • Hostal Santo Domingo. 679 712 353. 980 577 353.
  • Villanueva de Campeán (Km. 588):
    • Albergue Municipal (llaves en Bar Vía de la Plata, preguntar por David). 980 560 017.
    • Albergue Privado. 38 personas. 980 560 028 / 980 560 365 / 630 980 967. 6€.
  • Zamora (Km. 608):
    • Albergue del Peregrino. 36 personas. 980 509 427.
    • Hostal Sol y Hostal Luz. Calle Benavente. 980 533 152.
  • Roales de Pan (Km. 615):
    • Refugio Municipal. 980 538 670.
  • Montamarta (Km. 627):
    • Albergue. 20 personas. Preguntar por Esteban. 685 104 807 / 980 550 112.
  • Tábara (Km. 675):
    • Albergue Municipal. 980 590 044 / 980 590 068. Gratuito.
El albergue, como digo, ya empieza a verse lleno, por tanto, conviene no dejarse ir y llegar tempranito. Y más éste que es de los gratuitos. Nosotros casi que nos quedamos sin sitio; de hecho, los peregrinos que llegaron un poco después tuvieron que continuar hasta el siguiente pueblo.
Este albergue no es nada de otro mundo, una casa grande con un dormitorio común en el que hay unas 8 o 9 literas, baño compartido con dos duchas y dos lavabos y una cocina compartida del mismo tamaño que el dormitorio. Lo bueno es que tiene un porche bastante curioso donde poder amarrar las bicis y tender la ropa mojada.
Como decimos, las gestiones relativas al mismo y al sello de la credencial se hacen en el bar de la plaza del pueblo.

Servicios: lo cierto es que esta etapa, aunque larga, dispone de bastantes servicios que hacen difícil que podamos quedarnos desprovistos. Aunque elijamos la opción de la carretera, hay multitud de pueblos cercanos en los que poder parar a repostar o descansar si lo necesitamos. Si bien es cierto que recomendamos repostar (sobre todo líquidos), en cada una de las localidades por las que pasamos, más aún en tiempos de calor y especialmente una vez tomemos el cruce hasta Puebla de Sanabria (tramo largo y aburrido, cuesta arriba que puede hacerse un poco pesado si nos encontramos desprovistos). Tanto en Calzada de Valdunciel, El Cubo de la Tierra del Vino, Zamora, Montamarta y Tábara, tenemos todos los servicios básicos que podemos necesitar (bares, restaurantes, centro de salud, farmacias, cajero, tiendas y albergues); además, en los pueblecitos intermedios también encontramos bares, tiendas y gasolineras que nos pueden salvar de un apuro.

Qué ver / qué visitar:




miércoles, 1 de mayo de 2013

Etapa 10. San Pedro de Rozados - Salamanca

14 de Julio de 2.012

Todo pinta mal... Me llevo toda la noche vomitando y con diarrea. Fatal. Tengo una gastroenteritis en toda regla. No obstante, como puedo, me armo de valor  y después de desayunar un trozo de manzana que a duras penas retengo en el estómago, salimos.
Hace mucho frío y tengo el cuerpo cortado. El camino a Salamanca (escasos 25 kilómetros) se me hace insoportable.
Mi pobre hermano me anima pero me siento fatal, la barriga me duele muchísimo y estoy súper fatigosa... A duras penas llegamos a Salamanca. Decidimos continuar hacia Calzada de Valdunciel pero es imposible... En un parque de una urbanización a 5 kilómetros de Salamanca paramos para comer, pero mi cuerpo no admite absolutamente nada...
Mi hermano, viendo que todo lo vomito, se va a un pueblo cercano a buscar una farmacia... Misión Pimperán.
Me siento súper mal, muy sola de repente y culpable de retrasar el viaje... Solo quiero llorar y volver a casa.
Por fin llega mi hermano. Me tomo el Pimperán y decidimos volver a Salamanca, así me quedo más tranquila por si tengo que ir al médico y, además, el albergue es gratuito (de acogida).
Vamos directamente al albergue. De paso vemos toda la zona antigua y monumental (el albergue está en todo el casco antiguo, junto al Huerto de Calixto y Melibea).
Nos acomodamos y me siento mejor, así que no vamos al hospital, decidimos dar un paseo por Salamanca. Lo que sí estoy es muy fatigada y cansada.
Vemos el museo de la Guerra Civil y Masonería, justo al lado del albergue, y decido que quiero investigar más sobre los masones.
Merendamos en un parque cercano y volvemos al albergue sobre las 21.00 h, ya que es como un convento... De 18 a 22 horas está abierto, a las 22 horas cierra y ya hasta por la mañana, de 7 a 8 horas, cuando tienen que salir todos.
Como un poco de pan que no me sienta mal y me quedo charlando con mi hermano un rato.
Antes de cenar llega al albergue un tal Francisco, de Sevilla. Viene caminando haciendo etapas de 60-80 kilómetros!! Una locura... Todos lo flipamos con sus batallitas, pero cuando baja a cenar los hospitaleros empiezan a hostigarle y a pedirle los sellos y las credenciales de los albergues en los que ha dormido, porque por lo visto no constaba en los registros y creían que estaba viajando en autobús o vete tú a saber cómo... El hombre no sabe qué decir, se enfada y se va a dormir... Una historia muy rara...
Nosotros nos vamos a la cama bien rápido también... Estas cosas dan mal rollo...



RESUMEN DE LA RUTA:
  • Distancia: 25 km.
  • Dificultad: Baja
  • Tiempo aproximado: 1-1,5 horas




Dejamos atrás San Pedro de Rozados, por la carretera hacia Morille. Hasta Morille todo el trazado es exactamente el mismo que la carretera. Son solo 4,5 kilómetros, por una carretera muy tranquila y sin desniveles, así que la llegada se hace cómoda. Morille es una población muy especial, pequeñita pero con encanto, pueblo de artistas y vanguardia que no deja a nadie indiferente ante sus esculturas callejeras, decoración invernal del mobiliario urbano o colorido de farolas, buzones y otros ítems que decoran las calles y las hacen cuanto menos acogedoras y curiosas. Posee algunos servicios, como bar, cafeterías y hostal. Nosotros aprovechamos y paramos en el bar del hostal, un sitio pintoresco también, con mogollón de información de festivales y certámenes de arte.
Dejando atrás Morille, nos adentramos en caminos vecinales bien señalizados que sin pérdida, nos llevarán a Salamanca.
Como curiosidad, la cercanía a la ciudad y el interés de los salmantinos por la bicicleta, hace que esta etapa sea en la que más acompañados nos hemos sentido de todo el viaje; continuamente pasaban ciclistas en ambas direcciones a nuestro lado, preguntándonos que de dónde veníamos y que cómo íbamos.
El camino es sencillo, de tierra firme compactada y sin pendientes difíciles. 
Casi a las puertas de Salamanca aparece un cerrete donde se puede parar a hacer fotos de la ciudad. Lo corona una de las muchas cruces que vamos dejando a lo largo del camino.
Entramos en Salamanca por el Puente Romano sobre el Río Tormes, recorriendo la Rúa Mayor, la calle Libreros (donde se encuentra la universidad, con su mundialmente conocida fachada plateresca, y su reconocida biblioteca con más de 3.000 manuscritos e incunables), la Casa de las Conchas, la Plaza Mayor y sus dos catedrales, la nueva y la vieja, romántico y gótico unidos en un singular espacio. Junto al Huerto de Calixto y Melibea encontramos el Albergue de Acogida, gratuito y por estricto y riguroso orden de llegada.

Alojamientos disponibles: la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Huelva nos facilita los siguientes:
  • Morille (Km. 519):
    • Albergue Municipal. Calle Mayor, 1 (Mª José). 923 344 018 / 923 344 238
  • Miranda de Azán (Km. 530):
    • Albergue, bar y restaurante.
  • Salamanca (Km. 540):
    • Albergue Municipal (a partir de las 16 horas). "Casa de la Calera", en el Huerto de Calixto y Melibea. Capacidad para 18 personas por orden de llegada. 652 921 185. Gratuito (donativo).
    • Albergue Privado Juvenil. Calle Escoto 13, 15 (Sr. Estévez). 923 269 141.
    • Albergue Lazarillo de Tormes. Calle Lagar. 923 194 249.
    • Hostal Catedral. Calle Rúa Mayor, 46.
    • Hotel Emperatriz. Calle rúa Mayor, 18.
    • Pensión Bárez. Calle Meléndez (junto a la Casa de las Conchas). 923 217 435.
Nosotros nos alojamos en el Albergue Municipal, íbamos con tiempo y pudimos estar allí a las 4 pm los primeros, así que no tuvimos problema para coger sitio (tienen preferencia los caminantes que los ciclistas). El albergue está muy bien, aunque las camas están en un dormitorio compartido (recomiendo tapones si molestan los ruidos). Tiene acceso al Huerto de Calixto y Melibea, lo que es un punto muy a favor, sobre todo los días muy calurosos, porque en el huerto refresca bastante y se agradece. 
Tiene baños compartidos, separados por sexo y una cocina y comedor pequeñita para compartir entre todos.
Lo malo son los horarios, muy estrictos. si llegas después de las 22 horas, ya no duermes, y para entrar solo a partir de las 16 horas. Por la mañana igual, a las 8 de la mañana deben estar todos los alberguistas fuera.

Servicios: Realmente en una etapa tan corta como ésta no se necesita prácticamente nada, salvo agua, que con ir provistos, sobra. De todas formas, en Morille se puede repostar y parar a comprar algo o tomar un café. También tiene albergue, centro de salud y farmacia. En Salamanca hay absolutamente de todo.

Qué ver / qué visitar:
  • Morille: población vanguardista con no dejará a nadie indiferente. No pudimos ver mucho, pero cada casa es diferente y sus habitantes disfrutan del arte y de la ornamentación de su pueblo.