¡Buenas tardes!
Después de la charla del otro día en “La tienda de la abuela”
–os recuerdo, la tienda de mi amigo Manuel, que vende productos ecológicos y
naturales y que os recomiendo que echéis un vistazo- me decido a escribir este
artículo resumiendo brevemente las propiedades y diferencias entre la leche de
vaca, cabra y oveja, ya que creo que, aunque son productos tradicionales que
han estado aquí a lo largo de todos estos años (y si no que le pregunten a la
gente que tiene la suerte de vivir en cualquier pueblo o aldea de esas
chiquititas que aún se conservan por toda España), están volviéndose productos
muy de moda y que aún mucha gente desconoce. De hecho, en la charla es casi lo
que suscitó mayor interés. Así que, ¡allá voy!
Últimamente la leche está dando mucho que hablar: que si es
un producto solo aconsejado para los niños, que si es un alimento
supravalorado, que si es la causante de muchas intolerancias y alergias
alimentarias, que si es mejor cambiarla por la vegetal porque ésta última se digiere
mejor, etc., etc., etc. No voy a entrar en esta polémica hoy, solo me gustaría
indicar que, efectivamente, la leche puede ser un alérgeno importante; que,
efectivamente, la leche puede originar intolerancia alimentaria y que, efectivamente,
a algunas personas puede provocarle malas digestiones y problemas digestivos…, hasta
ahí, de acuerdo, pero, por suerte, tenemos otros muchos alimentos para
completar nuestra alimentación, así que, en mi opinión, lo mejor sería
aprovecharnos de los nutrientes que posee la leche (siempre y cuando no
tengamos ninguna patología que no permita su consumo) y complementar la dieta
con otros tipos de leche u otros producto lácteos que se digieran mejor.
Y aquí entran en juego los distintos tipos de leche que os
voy a mostrar. Aunque la leche de vaca es la más popular y la que se ha
comercializado a gran escala durante las últimas décadas (debido sobre todo a
su mayor rendimiento), por la estructura de sus proteínas es cierto que resulta
un poco indigesta. Esto se debe al tamaño de sus glóbulos (debido a la proteína
aglutinina, de gran tamaño), por lo que a nuestro sistema digestivo le costará
gran trabajo descomponer sus glóbulos para poder absorberlos correctamente. Sin
embargo, si la leche es una buena leche, procedente de pastos naturales y
animales criados en libertad, resulta una leche muy rica en vitaminas A y E y
que muestra un ratio correcto de ácidos grasos omega 3 – omega 6.
Por su parte, la
leche de cabra resulta mucho más digestiva que la de vaca, debido a que no
posee aglutinina y, por tanto, sus glóbulos son más pequeños y más fáciles de
romper. No obstante, algunas personas intolerantes a la leche de vaca tampoco
toleran bien la leche de cabra u oveja, por eso, en casos de intolerancia, lo
mejor será consumir productos lácteos fermentados en vez de leches.
Además, la leche de
cabra posee un 20% de calcio más que la de vaca y más de un 50% de
triglicéridos de cadena media que la de vaca. Al tener una estructura similar a
la de la leche humana, poco a poco se va introduciendo como opción para las
leches de fórmula. Aparte de poseer un alto contenido en sodio, potasio y
magnesio (ideal para la transmisión del impulso nervioso y la contracción
/relajación muscular), favorece el metabolismo del hierro y el cobre. Por
último, si nos decantamos por una leche de cabra ecológica obtendremos un producto
rico en ácido linoleico (anticancerígeno) y vitaminas A, D y K2 (entre otras
funciones, previene contra la caries, protege los vasos sanguíneos de
calcificaciones, placas e inflamación y aumenta la capacidad de aprendizaje).
Respecto al tercer tipo de leche a analizar hoy, la leche de
oveja, comentar que es mucho más rica en nutrientes que las otras dos. Posee un
80% más de calcio que la leche de vaca y más de un 50% de materia grasa y
proteínas que la de cabra. Además, muestra un alto contenido en triglicéridos
de cadena media y más vitaminas A, D y E, ácido fólico, vitamina C, B1 y B2 que
la leche de vaca o cabra. Respecto a su digestibilidad, se digiere bien, al
igual que la de cabra, por el tamaño de sus glóbulos y el alto contenido en
triglicéridos de cadena media.
La única desventaja de este tipo de leches, para gente que
no las haya probado nunca, es que cuesta un poco más acostumbrarse al olor, más
fuerte y penetrante que el de la leche de vaca. Por lo demás, todo son
ventajas, eso sí, siempre y cuando nos aseguremos que se trata de una leche
segura, que no posee restos de antibióticos ni sustancias químicas agregadas. ¿Qué
cómo sabemos eso? Fácil, ¡consume ecológico!
Así que, si te animas a probarlas y quieres comentar algo
más de los tipos de leche animal, aquí tienes tu sitio.
Que paséis una feliz tarde. ¡Un beso gordo gordo!
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