martes, 4 de octubre de 2016

Secretos de Irlanda. Etapa 3

9 de mayo de 2016

Killarney – Dingle Peninsula – Tralee

¡Buenos días! ¿Nos vamos a Dingle? Venga, pues vamos a desayunar y recargar pilas que salimos.

De nuevo un rico desayuno con pan artesano y huevos camperos. ¡Qué bueno, por favor!

No salimos sin antes despedirnos de Cailin y revisar la rutita. Hoy vamos a conocer Dingle, bordeando la península y recorriendo paisajes de playa y montaña.
Siguiendo la recomendación de la guía, decidimos empezar por el final, para evitar el sentido del tráfico de autobuses y excursiones y poder disfrutar de las carreteras a nuestro rollo.

Aquí tenéis la ruta completa que haremos en el día de hoy:


Así pues, nos ponemos en marcha, rumbo a Killorglin. Vamos por una carreterita bastante cómoda, no demasiado tráfico y paisajes tampoco espectaculares de momento.
El pueblito es pequeñín y no le prestamos mucha atención, lo dejamos totalmente de paso. Al igual que Milltown y Castlemaine.

Nuestra primera parada será una playa. “Inch Beach”, es una larga playa de arena amarilla que hace como de espigón en el Puerto de Castlemaine. La verdad es que sorprende ver esa extensión de arena tan de repente. La marea estaba bajísima y no te cansas de caminar… Y las vistas no tienen precio, por un lado, el monte Tallig al fondo, verde y altivo. Por el otro, el mar, de un azul turquesa apagado… Y nosotras, ¡flipándolo! ¡Sobre todo porque la arena es tan dura y compacta que pueden circular coches y motos por la playa!
Y lo que nos queda por descubrir… Pero no voy a adelantar acontecimientos… :)

Os cuento que Inch Beach es una de las dos playas más grandes de la Península. De hecho, esta parte de la isla destaca precisamente por sus grandes playas de arena, aptas para el baño y muy transitadas por surferos. Una es Inch Beach y la otra es Maharees, al norte. Además, toda la península está bordeada por acantilados, rodeando la sierra de Slieve Mish, donde se encuentra el segundo pico más alto de Irlanda, el Monte Brandon (no es Stark, freaks! XD), del que os hablaré más adelante...

Después de unas buenas carreras y fotos por la playa, decidimos continuar. Además el tiempo hoy está un poco raro, muy irlandés, y no nos apetece una mojada playera.

 Seguimos hacia Dingle por la carretera de la costa. Es una carretera bastante bonita y con unas vistas espectaculares. Además, un día así, gris y triste parece que potencia los tonos de verdes y azules que nos acompañan todo el camino: océano a la izquierda, montaña a la derecha. Es una carretera de acantilados bastante cómoda. La verdad es que no tuvimos mucho problema en esta zona con el tráfico, más bien al contrario. Así que, toma nota: disfruta ahora que puedes, que las carreteras aún tienen dos carriles ;)
 
Para llegar a Dingle nos desviamos un poquito de la costa, adentrándonos en un valle verde lleno de animalitos… ¡Es todo tan idílico, que no te lo crees! Menos aún cuando llegas a Dingle y, de repente, encuentras una villa súper bulliciosa, ¡llena de vida y color!
No os puedo trasladar el buenrollismo que se respira cuando llegas a Dingle, bajas del coche y te pones a pasear por sus calles… Dingle es una villa tradicional de pescadores, bastante pequeñita. Sin embargo, además de a la pesca, sus habitantes han destacado por sus aptitudes artísticas.

Y es que Dingle llama la atención por muchas cosas. En primer lugar, es el único pueblo de la Península de Dingle (sin contar asentamientos y aldeas). Si quieres encontrar otra ciudad/pueblo con todos sus servicios, tendrás que desplazarte 50 km hacia Tralee (a la vuelta pasaremos por ahí, sigue leyendo y te cuento) o volver a Killarney, a unos 70 km aproximadamente (de donde venimos).


En segundo lugar, ¡sus habitantes son bastante revolucionarios! Gestionan sus servicios a través de cooperativas y se agrupan en pequeños sectores de actividad. Destacando además de la pesca, los artesanos. Hay muchos artesanos de diferentes sectores (tejedores, trabajadores del vidrio, trabajadores del barro, del cuero, pintores, joyeros…) que tienen su pequeño taller en el pueblo y que venden sus productos en ferias de artesanía o en su local. También tienen festivales de artesanía y arte y, de hecho, es en esta parte de la isla donde se acumula el mayor número de personas dedicadas al arte (junto a Galway, Dingle es otro de los puntos calientes de la artesanía irlandesa). Destacan también por la música, encontrarás montones de pubs con música en directo a lo largo de sus calles. ¡Así que no te aburrirás en Dingle!

Y algo que no se me puede pasar es comentar que es uno de los pocos sitios en Irlanda donde poder comer buen pescado a un precio medio normal. Por fin empezamos a encontrar cultura de pescado.

Así que vamos, a disfrutar de Dingle. Aparcamos en el centro (gratis también, justo al lado del puerto) y nos disponemos a patear el pueblo, que resulta bastante pequeñito y asequible.
Las calles son preciosas, llenas de colores y como con mucha gracia. Además, todo está muy cuidado.
Algo que también nos llama mucho la atención es el clima de sitio chic que se respira aquí. Lo notas en las tiendas y comercios. Son súper originales y personales, con mucho estilo y cuidado.

En menos de una hora ya hemos visto todo el pueblo y sus tiendas más chulis, así que nos vamos a comer al puerto, al lado de Fungi. ¿Que quién es Fungi? Pues es el personaje más famoso de Dingle. Es un delfín que avistaron por primera vez en 1984 y, desde entonces, el animalito pues le cogió cariño a la gente del puerto y a los pescadores, y se ha hecho uno más del pueblo. De hecho, le encanta hacer amistad con pescadores, nadadores y visitantes que van a verlo en barco. Tanto confían en sus habilidades interpersonales que, en una de las atracciones más famosas del pueblo, que consiste en ir a ver a Fungi en barco, te aseguran que si Fungi no aparece y te vas de Dingle sin verlo, te devuelven tu dinero. Y santas pascuas.
Por el momento no les ha fallado la estrategia, está totalmente integrado en la vida social del pueblo. Incluso goza de una estatua propia en el puerto… ¡Funghi for president!

Después de comer decidimos hacer algo también muy típico en Dingle. Comernos un heladito artesano que hacen aquí y que son súper famosos en toda Irlanda. Por si vais, se llaman Murphy’s y están en Strand Street (muy cerquita del puerto). Nosotras nos decantamos por el salann (Dingle sea salt), un helado con saborcito a sal que estaba espectacular. Si vais, decidme cuál es vuestro prefe, para la próxima ;)

 Después del heladito y el café parece que la tarde empieza a mejorar, así que decidimos seguir nuestro camino. Nos dirigimos al oeste desde Dingle, dirección Ventry para completar el Slea Head Drive. Es una ruta circular que forma parte del Wild Atlatic Way y que cubre el extremo occidental de la península de Dingle, empezando y acabando en este último. Es una ruta perfectamente señalizada y bastante turística, aunque a decir verdad no tuvimos demasiada complicación con esto (sí que es cierto que te encuentras con algún que otro coche en las paradas más espectaculares, y algún que otro autobús se cruza, pero nada que se haga molesto, al menos en la época de nuestra visita).

La verdad es que fue una de las carreteras que más me gustó. Es la típica carretera de montaña estrechita, bordeando acantilados con agua turquesa a tus pies. Solo atravesada de vez en cuando por algún que otro rebaño de ovejas y rodeada de montes verdes, suavitos… Ayyyyy… quién pudiera volver…

Además, como os digo, está perfectamente señalizado y la Wild Atlantic Way tiene muchas paradas estratégicas situadas a lo largo de la ruta para que puedas parar, hacer una foto y disfrutar de alguna que otra playa, de arena blanca, que se cruza en tu camino.

Como la bahía de Ventry. Es una playa enorme y preciosa, de arena blanca y agua transparente, turquesa. De nuevo, rodeada de montes verdes y naturaleza. Paramos y disfrutamos de un ratito de paseo y mar, para continuar de nuevo nuestro camino.
El siguiente punto interesante es el Dunbeg Promontory Fort, un fuerte de piedra del año 500 a.C. con unas vistas al mar impresionantes.
Nosotras no llegamos a bajar, pero seguro merece la pena. Cuesta unos 3€ y dispone también de restaurante (cerrado cuando nosotras pasamos por allí),

La próxima parada fue un punto espectacular. Es un paraje conocido como Cross at Slea Head y no os puedo trasmitir lo que se siente desde el acantilado. Al horizonte, las Blasket Islands y la inmensidad del mar. Rodeándote de nuevo el verde de Irlanda, las montañas suaves, las gaviotas y esa bruma húmeda que no te deja todo el camino, y que le da un toque de misticismo a la estampa. Y para dar emoción, la carretera, serpenteante y jugando con el paisaje. Si tienes suerte, hasta puede que aparezca una oveja, para que te vayas con la postal completita…
 ¡Seguimos! Siguiente parada una playita muy cuca que encontramos un poco más adelante, Clogher. Es una pequeña playita paradisíaca, de arena blanca de nuevo y aguas turquesas cristalinas. ¡Qué pena que no hiciera unos graditos más, para darnos un baño!

Seguimos nuestra ruta circular, de nuevo rumbo a Dingle. Ya llevamos más de la mitad cubierta y, de momento, ya no hay más acantilados. Ahora nos metemos de lleno en una montaña rusa de tonos verdes con unas vistas impresionantes. Juzgad por vosotros mismos ;) Fotitos, please!

Una vez de vuelta a Dingle, puedes hacer dos cosas. O bien volver por la costa, por donde hemos venido. O bien, si eres como yo y no te gusta nada coger dos veces por el mismo lado, volver por Tralee. Aunque sea más largo.
Nosotras nos decantamos por esa opción, porque además, me apetecía mucho conducir por el Conor Pass.
Es una carretera de montaña que conecta Dingle con el noreste de la península del mismo nombre. Las vistas del paisaje glaciar, con sus laguitos y, a lo lejos las islas de Aran te dejarán sin aliento. Según el momento en que lo visites, verás alguna que otra catarata y los habitantes locales más abundantes: las ovejitas de cara negra que nunca te aburres de encontrar.
 
Ahora, cuidadín que este sí que es el tramo quizá más complicado en cuanto a conducción, especialmente si no eres muy hábil al volante o te da cosita conducir por el otro lado: hay tramos en que la carretera no tiene separación de carriles y, algunos, son literalmente un camino de cabras. Precaución, especialmente en verano cuando está más concurrida.

Pasando el Conor Pass ya la cosa se vuelve más mundana. Vuelta a la realidad, paisajes verdes de nuevo, carreteras más anchas que te parecerán autovías y, a medida que te acercas a Tralee, la civilización.
A nosotras casi se nos escapa un gritito cuando vimos gente por la calle, bares, tiendas, gasolineras… ¿Dónde estamos? ¿Y nuestras ovejas?

Ya puedes respirar tranquilo si lo tuyo no es tanta naturaleza. Tralee es el pueblo más grande del condado de Kerry, así que encontrarás de todo aquí.
Nosotras no paramos porque se nos hacía tarde, pero seguro merece mucho la pena.
Si alguien está interesado en Tralee, os indico que tiene uno de los festivales más famosos de Irlanda, el Rose of Tralee International Festival. Os incluyo algunos enlaces al final del artículo para que podáis sacarle más partido a la jornada.

Por nuestra parte, acabamos el día ya. Desde Tralee nos dirigimos hacia Killarney, esta vez por carreteras nacionales. La tarde se ha puesto bastante fea, llueve a mares y se hace de noche. Desde luego, el día ha estado bien aprovechado. ¡Mañana más!

No te lo pierdas :)

RESUMEN DE LA RUTA:
  • Distancia: la ruta en coche en total fue de 196 km. Sin embargo, caminamos bastante por las playitas, según mi Fitbit hice 16.414 pasos (unos 10,5 km).
  • Tiempo aproximado: todo el día, salimos de Killarney sobre las 10.30h y llegamos al B&B casi de noche, sobre las 20h.
  • Localidades de interés: Dingle, Tralee
  • Parajes destacables: Inch Beach, Dingle, Ventry Bay, Dunbeg Promontory Fort, Slea Head drive, Dunquin, Ballyferriter, Conor Pass
Aunque nosotras hicimos todo el camino en coche, todo está perfectamente habilitado para ir en bici (de hecho encuentras a algún que otro valiente) o moto.
Las carreteras están bien, aunque hay algunos tramos como el Conor Pass y Slea Head que son bastante estrechitos. Precaución.

Si necesitas comer, repostar o comprar provisiones, hazlo en Dingle o Tralee si empiezas el recorrido por el norte. El Slea Head drive no es muy largo, pero es mejor ir provistos.
Nosotras recomendamos empezar desde el sur, en el sentido de las agujas del reloj, especialmente si lo haces en verano, ya que la mayoría de excursiones y viajes programados en autobús tienen sus rutas diseñadas en sentido contrario a las agujas del reloj y empezando desde el norte.
En cuanto a clima, fue uno de los peores días que nos tocó, especialmente a la vuelta. Sin embargo, no puedes esperar otra cosa, ¡estás en Irlanda!
 Aquí os dejo información útil sobre la ruta, espero que os sirva:
¡Espero que te haya gustado el artículo! Y si ya has estado ahí o estás preparando tu viaje y quieres comentarme alguna cosita, estaré encantada de leer tus comentarios.

West of Ireland - Day 3 Aquí te dejo más fotitos ;)
¡Hasta la próxima!