martes, 30 de octubre de 2012

Una crema colorida y nutritiva, de temporada

Bueno, pues con la llegada del otoño, el frío y la lluvia, es tiempo también de ir cambiando las ensaladas veraniegas por agradables y calentitas cremas y sopas de verduras.
Pues bien, aprovechando que las calabazas y boniatos están de temporada (y ya sabéis mi pasión por utilizar alimentos de temporada), qué mejor idea que preparar una nutritiva y deliciosa crema naranja para entrar en calor.
Os dejo los ingredientes y acto seguido, pasamos a comentar la receta, posibles variaciones, valor nutritivo, etc.



CREMA NARANJA (4 personas)

- Un buen trozo de calabaza (unos 350 - 400 gramos)
2 o 3 boniatos, piezas bonitas, no excesivamente grandes (unos 400 g)
- 2 zanahorias medianitas
- 1 cebolla bien firme
- 2 dientes de ajo
4 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra 
- Sal, pimienta y especias al gusto*
- Acompañamiento: en este caso utilicé unos guisantes hechos al vapor y unos filetitos de anchoa en aceite, pero son variables

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Preparación: 

En primer lugar, pelamos y troceamos todos ingredientes. Como se van a triturar, yo no suelo picarlos muy finamente, sino más bien los troceo gorditos, de un tamaño similar para sofreírlos un poco y luego triturarlos.
Ponemos una cazuela al fuego con las 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra. Añadimos la cebolla, el ajo, la calabaza, zanahorias y boniatos, añadimos un poco de sal y damos unas vueltas para que se vayan sofriendo y tomando color.
Una vez empiecen a dorarse, cubrimos con agua y dejamos cocer a fuego medio. Si vemos que se van quedando secas, añadimos poco a poco agua, pero no mucha cantidad, ya que la textura final de la crema ha de ser espesa, como un puré.
A los 20 minutos o así comprobamos que todo está bien tierno y pasamos a triturarlo todo.
Normalmente, antes de triturar, suelo añadir las especias, justo en el momento, para que se mezclen bien los sabores y predomine el aroma.
En este caso utilicé mi combo de especias* para las cremas, es decir, una mezcla de curry, pimienta blanca, nuez moscada, jengibre y una pizca de canela molida. Como no a todo el mundo le gustan los sabores demasiado especiados, recomiendo que cada uno salpimiente la crema como más le guste (en mi opinión la pimienta y el curry son esenciales).

Hasta aquí tenemos la base del plato, la crema naranja en sí. A continuación, podemos añadirle cuantos ingredientes queramos para enriquecer el plato y aumentar su valor nutritivo, o complementar el resto de alimentos que hayamos tomado a lo largo del día.
En mi caso, la acompañé con unos guisantes cocidos al vapor y unos filetes de anchoa en aceite,  aunque bien se podría haber acompañado de unos trocitos de huevo cocido, jamón serrano o pechuga de pavo picada, un chorrito de nata para aligerarla y darle textura cremosa, un poco de queso rallado o queso fresco y gratinarla, trocitos de pan tostado, frutos secos troceados, como nueces, pipas de girasol o calabaza... Y así indefinidamente.

Todas esas variantes enriquecen el plato y añaden calorías y nutrientes que comentaré a continuación, adaptando nuestra crema naranja a las diferentes situaciones que se pueden dar en una casa normal y corriente.

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El valor nutricional de una ración de crema naranja (sin acompañamiento) es el siguiente:

ENERGÍA: 232 kcal

PROTEÍNAS: 3 g
HIDRATOS CARBONO: 27,8 g
de los cuales, azúcares simples: 10,6 g
FIBRA: 5,6 g
GRASAS: 10,7 g
de las cuales, saturadas: 1,7 g
monoinsaturadas: 1,7 g
poliinsaturadas: 1,2 g
COLESTEROL: 0 mg

VITAMINAS Y MINERALES RELEVANTES:

Vitamina B1: 0,21 mg  (17,5% CDR)
Vitamina B2: 0,12 mg  (7,5% CDR)
Vitamina B3: 1,6 mg  (8,9% CDR)
Vitamina B6: 0,4 mg  (26,7% CDR)
Vitamina B9 (ácido fólico): 45,4 microg  (11,3% CDR)
Vitamina C: 33,7 mg  (56,2% CDR)
Vitamina A: 1.111 microg  (111,1% CDR)
Vitamina E: 6,1 mg  (61% CDR)
Vitamina K: 15,9 microg  (24,5% CDR)

Calcio: 51,2 mg  (5,1% CDR)
Fósforo: 96,3 mg  (13,8% CDR)
Magnesio: 27,8 mg  (7% CDR)
Hierro: 1,4 mg  (14% CDR)
Potasio: 623 mg  (31,1% CDR)
Zinc: 0,66 mg  (4,4% CDR)
Yodo: 8,5 microg  (5,7% CDR)
Selenio: 2 microg  (2,9% CDR)

Del análisis de los macronutrientes, podemos llegar a las siguientes conclusiones:

- Resulta una crema bastante consistente y energética, ideal en estos tiempos que se acercan de frío o en personas que lleven una actividad diaria vigorosa (niños, jóvenes, deportistas), para los que resultaría un primer plato bastante interesante.

- El aporte de proteínas no es muy significativo. Podría completarse el valor nutricional del menú añadiendo un segundo plato a base de carne, pescado o huevos; o incorporar estos ingredientes a la crema y hacerla un suculento plato único. Por ejemplo, podemos añadir un huevo cocido picado, unos tacos de jamón serrano, una pechuga de pollo asada a tiritas, filetes de caballa o anchoa en aceite (como hice yo), etc. Cualquiera de esas opciones acompañadas de un trozo de pan y un postre a base de fruta o yogur con fruta, hacen del menú un menú completo y equilibrado.

- La cantidad de hidratos de carbono es moderada. Es una buena fuente de azúcares simples y complejos (derivados del almidón de los boniatos en mayor parte), lo que la hacen, como digo, un plato que nos dará energía a lo largo del día. Para completar aún más esa cantidad de hidratos de carbono, podríamos acompañarla de un trozo de pan (mejor integral, por ser mayor su contenido de fibra y nutrientes) o un poco de arroz cocido, o elegir legumbres como los guisantes (mi elección) o la soja, que también le darían un gran sabor y un colorido diferente al plato, a la vez que completan el aporte proteínico; la elección de una fruta energética como postre, como un plátano, también se contaría como opción válida. Ésto, acompañado de un segundo plato a base de proteínas y un lácteo, harían del menú un buen menú para gente activa, deportistas, etc.

- Respecto a las grasas, resulta un plato bastante ligero. Tan solo aporta 10 g de grasas, lo que lo hace un plato ideal para aquellas personas que deban restringir el aporte de grasas de su dieta (enfermos cardiopáticos, hepáticos, malabsorción, obesidad...). Si queremos aumentar el contenido graso del mismo (mejor a base de fuentes que aporten ácidos grasos mono o poliinsaturados) podemos añadir unos frutos secos troceados, trozos de queso fresco o rallado (para gratinar) o como se ha comentado con anterioridad, fuentes proteínicas que acaben de completar el valor nutricional de la receta (huevos, pescado o carne). También podría enriquecerse añadiendo un poco de nata al triturarla (aunque la nata resulta bastante calórica y aporta en su mayor parte ácidos grasos saturados, si la persona no tiene problemas de sobrepeso, cardiovasculares, intolerancia a la lactosa, etc.; podría perfectamente integrar este alimento de forma ocasional en su dieta, con lo que además, la crema ganará en sabor y textura, y aumentará significativamente el aporte de calcio de la misma).


Como vemos también en el análisis anterior, una ración de crema de calabaza en sí aporta valores significativos de vitaminas, especialmente C, A y E. 

- La vitamina C o ácido ascórbico es una vitamina hidrosoluble fundamental para el mantenimiento y formación de las estructuras corporales (huesos, dientes, músculos, vasos sanguíneos, colágeno). Además, posee acción antiinflamatoria, antiinfecciosa y antioxidante, colaborando también en la correcta absorción del hierro no hémico en el organismo.
Aunque esta crema es rica en vitamina C, hay que comentar que esta vitamina es muy termosoluble, es decir, que al exponer un alimento rico en vitamina C al calor, gran parte de su contenido vitamínico se pierde; por tanto, para aprovechar mejor esta vitamina, se debe recurrir preferentemente a frutas o vegetales frescos y crudos, consumidos inmediatamente después de pelarlos. Una buena idea para enriquecer este plato en vitamina C sería, para aquellos a los que os guste mezclar sabores e investigar en la cocina, agregar unos gajos de mandarina o de granada (una granada proporciona aproximadamente el 40% de la cantidad diaria recomendada de vitamina C), que además de dar un toque distinto a la receta, lo hace más llamativo y divertido -una ventaja también para acercar a los niños el consumo de verduras y frutas-; y para aquellos más clásicos, unos daditos de pimiento rojo y algunas hojas de espinaca como acompañamiento, aumentarán el contenido total de vitamina C del plato. También podría completarse el aporte eligiendo un postre rico en vitamina C, como una fruta cítrica (naranjas, arándanos, kiwis, moras...).

- La vitamina A pertenece al grupo de las vitaminas liposolubles (se disuelven en grasas). Se encuentra fundamentalmente en frutas y verduras de color rojo o anaranjado, es por ello por lo que no extraña que esta crema sea una verdadera bomba de vitamina A, sobrepasando la cantidad diaria recomendada de la misma.
Esta vitamina resulta fundamental para el crecimiento y desarrollo de los huesos; mantenimiento de las mucosas, epitelio, piel, ojos, cabello, uñas; estimula la respuesta de los anticuerpos (por tanto, resulta fundamental en la prevención de enfermedades infecciosas, especialmente del aparato respiratorio); mejora la visión nocturna y ayuda a prevenir afecciones visuales; actúa como antioxidante, previniendo el envejecimiento celular y la aparición de cáncer; contribuye en la función normal de los órganos reproductivos, etc.
Respecto a esta vitamina, solo comentar que su aporte se asegura y supera con esta crema y, aunque a priori un exceso de vitamina A puede resultar tóxico para el organismo, la toxicidad se da por ingesta anormalmente elevada de suplementos vitamínicos.
Esta vitamina, al contrario que la anterior, se mantiene estable a temperaturas altas y, de hecho, la cocción aumenta la biodisponibilidad de carotenos (forma vegetal de la vitamina A, a la que aportan las fuentes animales se le denomina retinol).

- La vitamina E o Tocoferol es otra vitamina perteneciente al grupo de las liposolubles. Posee un importante efecto antioxidante, evita la destrucción anormal de glóbulos rojos, evita trastornos cardiovasculares, ayuda en la prevención de la anemia y es cicatrizante,  por citar algunas de sus funciones. 
Se encuentra fundamentalmente en aceites vegetales (soja, cacahuete, coco), yema de huevo, vegetales de hoja verde, cereales y panes integrales. Por tanto, si queremos aumentar el contenido en vitamina E de esta receta, podríamos acompañarla de una rebanada de pan integral o espolvorearle por encima unas semillas de lino, sésamo, girasol o calabaza.

Respecto a los minerales, aunque el contenido de los mismos no es muy notable, destacan por su aporte el fósforo, hierro y potasio. Lo ideal sería completar la crema con las opciones que se han ido dando a lo largo del artículo, para alcanzar un plato nutricionalmente completo y equilibrado.

- El calcio es fundamental en la transmisión del impulso nervioso, la coagulación de la sangre y la contracción muscular; también proporciona rigidez a huesos y dientes, previene la osteoporosis y mantiene la piel sana. En este plato su aporte es reducido, aunque podemos recurrir a fuentes como los lácteos, frutos secos, sardinas en conserva o anchoas para aumentarlo. Las mejores opciones son las que se han detallado con anterioridad: añadir nata a la crema, incorporar unos filetes de anchoa o acabar el menú con un postre lácteo al que añadimos frutos secos y frutas como la granada. 

- El hierro interviene en la formación de hemoglobina y glóbulos rojos, así como en la actividad enzimática del organismo. Su carencia fundamental se manifiesta con la anemia, y es un trastorno bastante frecuente. Para prevenirla habría que aumentar los niveles de hierro de la dieta y atender a la mejor absorción del mismo (se absorbe mucho mejor el hierro hémico -procedente de fuentes animales, especialmente carnes rojas- que el no hémico -procedente de fuentes vegetales y cuya absorción depende de otros factores de la dieta, como la presencia de té, café, leche, clara de huevo, salvado de trigo o productos de soja, que la disminuyen; o la vitamina C, que facilita su absorción-). Para completar el aporte de hierro de este menú podríamos recurrir a un segundo plato a base de carne roja. En el caso de vegetarianos recurriríamos a legumbres cocidas o al vapor, como las lentejas o la soja; cereales, como la avena, espolvoreada en copos; espinacas, frutos secos o tofu. Recordar que sería recomendable aumentar también la cantidad de vitamina C, vistas las opciones un poco más arriba. Otra buena opción que le viene muy bien a esta receta es espolvorear un poco de perejil fresco a la crema. Además de aumentar el contenido de hierro, el perejil aporta cantidades interesantes de vitamina C y A y minerales como el fósforo o el magnesio.

- Otros minerales como el selenio (con acción antioxidante, previene el daño celular producido por los radicales libres), el cinc (posee también acción antioxidante, interviene en la respuesta frente al estrés, regula la actividad de las glándulas sebáceas y prostática, entre otras funciones) o el yodo (regula la actividad de la glándula tiroides, fundamentalmente, además de intervenir en el funcionamiento del tejido nervioso y muscular, entre otros) se encuentran en pequeñas cantidades en este plato. Se habrá de atender al contenido global del menú diario para valorar posibles carencias o excesos de los mismos (raros). No obstante, completando el plato con las recomendaciones anteriores y procurando llevar una alimentación variada y equilibrada a lo largo del día, asegura el aporte correcto de nutrientes para la mayoría de la población sana.

Por último, solo citar que las especias empleadas también son importantes a la hora de aumentar el valor nutricional o digestivo del plato. Por ejemplo, el curry posee acción antiinflamatoria y antiséptica; el jengibre es digestivo y se utiliza para tratar afecciones intestinales (muy útil contra naúseas y vómitos); la pimienta posee efecto termogénico, ayudando a quemar grasa y aumentando el metabolismo basal; la nuez moscada ayuda a tratar estados de nerviosismo, siendo útil por tanto contra el insomino, a la vez que ayuda a tratar, también, problemas intestinales, etc. 
No me voy a enrollar mucho con el tema de las especias porque me daría para otro artículo, pero os animo a que las incorporéis a vuestros platos, estoy segura que os sorprenderá los matices y aromas que descubriréis.

En fin... espero que incluyáis esta riquísima crema de temporada a vuestro recetario de otoño. Tiene un sabor delicioso, suave y dulce que se agradece en estos tiempos lluviosos y tristes.
Además, resulta llamativa y atractiva para niños y fácil de comer (lo que facilita también la alimentación de ancianos o personas con problemas de masticación). Podemos utilizarla como parte de un menú equilibrado, completándolo con un segundo plato a base de carne, huevos, pescado o tofu (caso de vegetarianos) o como ingrediente de algunas elaboraciones. Se me está ocurriendo, por ejemplo, para elaborar croquetas o hamburguesas vegetales, dándoles consistencia disminuyendo la cantidad de agua e incorporando cereales (avena o arroz) a la masa, que se pueden asar al horno o empanar y rebozar como las croquetas tradicionales. También utilizarla como salsa de un plato de pasta, que se completaría con unos trozos de nueces picadas, un poco de perejil y unos trozos de jamón serrano o anchoas, por ejemplo.
Y no sé... a echarle imaginación! Jejejeje, espero que os haya gustado y ya me contaréis si la probáis.

domingo, 28 de octubre de 2012

Etapa 8. Grimaldo - Baños de Montemayor

12 de Julio de 2.012

Uffff... qué noche más mala he pasado... No he dormido nada y encima, me ha despertado el amigo esta mañana en lo mejor del sueño a las 7.00 am. Es lo que tiene.
Así que nada, a la 8.00 am, en planta. Me levanto y empiezo a recoger. Decidimos desayunar "en casa", plátano y magdalenas, ya que después del sablazo de anoche con la cena, hay que recortar.
Desayunamos y sobre las 9.30 am, salimos rumbo Galisteo.
De momento fácil. Todo carretera y sin pendientes. Llegamos a Galisteo y es precioso. Una enorme muralla de cantos rodados bordea el casco urbano. Repostamos en la plaza del ayuntamiento un batido de chocolate y una barrita, hay que coger energías que nos espera un día largo. 
Hacemos la compra y continuamos.
El siguiente tramo hasta el cruce de Oliva de Plasencia también es fácil; todo carretera, aunque el calor empieza a levantar. Seguimos adelante por una carretera secundaria que lleva a unas casas rurales. La verdad es que se hace pesado y aburrido, no hay absolutamente nada, solo dehesas y ganado, calor y campo.
Una vez pasadas esas casas, tomamos de nuevo el camino, que nos llevará hasta Aldeanueva del Camino.
En medio de un encinar en la dehesa paramos para almorzar y reponer fuerzas. Incluso echamos una siestecita de una hora! Hace un calor horrible para seguir pedaleando a pleno sol.
El camino hasta Aldeanueva es de piedras y arenas. No contamos con que Aldeanueva está más lejos de lo que aparenta y hace excesivo calor. Así que, tras pasar la ciudad romana de Cáparra (increíble, surge de repente como de la nada. Se conserva en perfecto estado y la verdad es que el arco impresiona, así como las calles, perfectamente definidas) empiezan a escasear las provisiones de agua.
Es un poco agobiante. Cuesta arriba, cansados, acalorados y sin agua.
Nos encontramos al amigo madrileño, Rafa, que va con un golpe de calor, caminando como puede junto a la bici y sin agua también. Le damos ánimos con preocupación, ya que no podemos ayudarle porque tampoco tenemos agua, y continuamos.
Empieza a surgir el pánico. Me pongo nerviosa, creo que no voy a poder seguir y me emparanoyo después de ver a Rafa medio deshidratado. Paramos a tomarnos el único líquido que nos queda, un batido de chocolate que no podía estar más caliente. Al menos, psicológicamente, me sirve para animarme a continuar pedaleando.
Lo siguiente es lamentable... A menos, mucho menos de 500 metros (justo después de la curva donde paramos a tomar el batido), aparece por fin la señal de Aldeanueva del Camino. Nos echamos a reír por no llorar y nos vamos, flechados a la primera fuente que encontramos en un parque.
Nos bebemos la fuente, recargamos agua y nos concedemos un tiempo de tregua para merendar y replantear la jugada. Decidimos continuar hasta Baños, son solo 10 kilómetros más.
Llegamos extenuados. Son 10 kilómetros íntegros de ascenso. Estamos tan cansados que decidimos subir por la carretera. Al llegar nos sorprendemos; el pueblo es precioso, antiguo, de piedra, serrano... Y el albergue genial. Como una cabaña de madera, muy acogedor. Cuesta 10€.
Nos relajamos, duchamos y estiramos bien. El pueblo parece precioso y el señor del albergue nos ha dado un plano con las cositas más curiosas, así que decidimos salir a conocerlo.
Tomamos unas cervezas en la calle y volvemos al albergue a cenar porque nos hemos quedado sin dinero (precaución, hay un cajero pero a nosotros nos cobran 9€ de comisión por sacar dinero).
Al llegar al albergue encontramos otro ciclista que se alberga allí. Es un hombre mallorquín muy agradable. Nos cuenta un poco su historia mientras cenamos juntos.
Nos despedimos hasta la próxima deseándonos buen camino y nos vamos a la cama.


RESUMEN DE LA RUTA:
  • Distancia: 80,86 km.
  • Dificultad: Media/alta
  • Tiempo aproximado: 7 horas



Salimos de Grimaldo por la carretera en dirección Galisteo. Al poco encontramos el desvío hacia el camino, siguiendo las flechas amarillas. 
Siguiendo el camino, y tras los restos de la calzada romana, nos encontramos con la carretera de Riolobos, por la que hay que circular casi un kilómetro, para continuar después por pistas agrícolas y caminos de tierra hasta Galisteo. Hasta Galisteo el camino es bastante fácil. Llano y en gran parte por tramos asfaltados, de acceso a campos de tabaco.
Galisteo es impactante. Asombra su muralla de cantos rodados de hasta 3 metros de ancho y 11 de altura, dejando en su interior el centro del casco urbano.
La salida de Galisteo buscando el camino está un poco confusa. Siguiendo el mapa buscamos la carretera de Aldehuela del Jerte, cruzando el puente medieval. Pero lo cierto es que llegamos a Aldehuela por carreteras secundarias que nos confundieron porque de vez en cuando tenían marcadas flechas amarillas en señales o en el suelo. Atravesamos regadíos y canales y por fin alcanzamos Aldehuela. Lo bueno es que hoy casi toda la jornada discurre por carretera, lo cual se agradece después de una semana pedaleando sobre caminos, piedras y arenas.
Continuamos la marcha dejando atrás Aldehuela. Tomamos la carretera de Carcaboso. Aquí el camino se bifurca. Por una parte, se puede seguir el camino original, que la guía recomienda para caminantes y, por otra, continuar por carretera hacia Valdeobispo. Esta opción es la que elegimos y la que la guía recomienda para ciclistas, por ser un tramo asfaltado que evita las continuas porterías, cancelas y lindes de piedra que hay que saltar si se escoge la opción del camino original.
Prácticamente vamos solos por la carretera todo el tiempo. Valdeobispo es una pequeña población en la que no hay señales, pero preguntando a cualquier aldeano no es complicado encontrar la carretera hacia la finca de Venta Quemada, donde volveremos a retomar el camino original.
Nos separan 12 kilómetros de pendiente suavemente ascendente por una carretera de servicio solitaria y aburrida hasta alcanzar Venta Quemada. Por el camino solo dehesas y ganado. Es importante ir bien provistos de agua, especialmente si el tiempo es caluroso como el que nos tocó a nosotros.
Decidimos parar a comer en el camino, pasada Venta Quemada. Hacía mucho calor y, en vista de que el resto de poblaciones quedaban alejadas, lo vimos como una opción viable. Además, ahora el paisaje es de encinares enormes bastante sombríos y agradables, lo cual nos acabó de convencer para parar ahí.
Tengo que comentar que otra opción que la guía marcaba como recomendable, era desviarse 6 kilómetros por la carretera comarcal hasta Oliva de Plasencia (desde la encrucijada de Venta Quemada estaba perfectamente señalizado), donde poder recargar agua y provisiones. Nosotros llevábamos agua y provisiones suficientes y preferimos parar en medio del camino.
Una vez recuperadas las fuerzas, seguimos por el camino hacia la ciudad romana de Cáparra. El camino no es difícil, aunque discurre por encinas y alcornoques de suelo arenoso y blanquecino. Nos ponemos perdidos de polvo blanco, es la única pega, porque los paisajes son preciosos y vamos tan asombrados pendientes de todo lo que nos rodea que nos da muy igual el camino por el que rodamos.
De repente, como de la nada, aparece en el horizonte el Arco de Cáparra, lugar emblemático de la Vía de la Plata, y único arco del triunfo cuadriforme en la Península Ibérica. Cáparra era una población romana que se conserva en fabuloso estado. Actualmente se trabaja en su recuperación, como atestigua el centro de interpretación (que encontramos cerrado) y las vallas que no nos dejan entrar y a través de las cuales hicimos algunas fotitos. Nos encantó. El problema es que esperábamos haber encontrado abierto el centro de interpretación, el agua empezaba a escasear y según la guía, en el centro hay máquinas expendedoras y aseos. Seguimos caminando por la calzada con un sol de justicia. El paisaje de dehesa extremeña nos acompaña hasta Aldeanueva del Camino. 
Ojo que son 25 kilómetros sin absolutamente nada desde Cáparra hasta Aldeanueva. Y con el último tramo en pendiente ascendente.
Nosotros lo pasamos francamente mal. Nos quedamos sin agua, hacía muchísimo calor y parecía que Aldeanueva no existía, se veía en el horizonte, pero nunca la alcanzábamos. Intentamos buscar un cortijo, una venta, algún sitio donde poder conseguir un poco de agua. Nada ni nadie. Así que llegar a Aldeanueva nos supone casi el mayor de los logros de los últimos días. Aldeanueva nos recibe con un azulejo que reproduce el itinerario de la calzada. Antiguamente el pueblo estaba dividido en dos, Aldeanueva de Arriba, que pertenecía a la diócesis de Plasencia y Aldeanueva de Abajo, perteneciente a la de Coria. Leemos tranquilamente la historia del pueblo en un parque sombrío y solitario donde nos hartamos de agua y repostamos tranquilamente.
El último tramo de la tarde, desde Aldeanueva hasta Baños de Montemayor (última población extremeña de la Vía), quizá resulta el más difícil de la jornada. A pesar de haber descansado un poco, nos esperan 10 kilómetros de subida continua. En lugar de continuar por el camino, decidimos acabar la etapa por carretera. Salimos de Aldeanueva por la carretera de Baños de Montemayor y continuamos el ascenso hasta alcanzar la ermita del Humilladero, que nos recibe a la entrada de Baños.Quizá debo recomendar continuar por el camino si se dispone de ganas y fuerzas, ya que la carretera de Aldeanueva a Baños lleva mucho tráfico y, al menos en nuestro caso, que íbamos bastante cansados, suponemos un riesgo importante al circular cuesta arriba tan lentos entre tanto tráfico (vehículos, camiones y tractores).

Alojamientos disponibles: la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Huelva nos facilita los siguientes:
  • Galisteo (Km. 394):
    • Albergue Rusticiana, preguntar por Mari Cruz. 625 691 456. 6€ /persona.
    • Bar "Los Emigrantes". 927 452 074 / 627 504 692. Precio habitación doble 20€.
  • El Carcaboso (Km. 405):
    • Refugio municipal "Antiguo Matadero". 927 402 002.
    • Bar "Ruta de la Plata" (Elena Carrascal). 927 402 075.
    • Hostal "Ciudad de Cáparra". 927 402 032.
  • Oliva de Plasencia (Km. 424):
    • Albergue turístico (Mónica). 927 479 056. Capacidad 10 personas.
    • Hostal - Restaurante "Montesol". Precio por persona 15€.
  • Baños de Montemayor (Km. 453):
    • Albergue "Alba-Plata". 927 488 048 / 679 228 208. 18 personas. 10€ por persona.
    • Hostal "Don Diego". 927 428 125 / 923 428 176.
    • Hostal "Eloy". 927 428 002.
    • Hostal - complejo Piscina. 927 428 341.
Nosotros nos alojamos en el albergue "Alba-Plata" de Baños de Montemayor. La verdad es que después del de Grimaldo, esto parece casi un hotel de 4 estrellas! Está súper bien cuidado. Es una casa vieja que por dentro parece una cabaña, todo de madera, incluidas las habitaciones, lo que lo hace un sitio muy acogedor, y del que, inevitablemente, empiezo a imaginármelo en otoño o invierno, con el frío, ahí, en plan refugio en plena naturaleza.
Comparte edificio con el centro de interpretación de la Vía de la Plata (el albergue se encuentra en la planta alta y el centro en la baja), así que de paso, pudimos aprender algunas cosillas de la Vía a su paso por tierras cacereñas.
El señor que lo regenta es bien amable. Nos da un plano de la localidad y nos resume en un momento las cosas más interesantes que podemos ver esa noche.
A pesar de que la capacidad es de solo 18 personas, repartidas en cuatro habitaciones, hasta el momento viajamos solos (esa noche llega otro peregrino, y solo somos tres en el albergue), así que no hay problema de espacio ni de compartir habitaciones. El baño está bastante bien, moderno y limpio, separado por sexo. Pero como hasta Galicia he sido la única peregrina fémina, he disfrutado de baños en exclusiva para mí.

Servicios: llegar a Galisteo, una vez descansados y repostados en Grimaldo, resulta fácil y no se echa de menos ningún servicio. Galisteo ya es una población que cuenta con todos los servicios básicos y necesarios (bares, restaurantes, centro de salud, farmacia, cajeros, supermercados, tiendas, albergue municipal, albergue privado y hotel).
Las próximas tres poblaciones que encontramos, Aldehuela del Jerte, Carcaboso y Valdeobispo, son  pequeñas, aunque podremos encontrar algo para comer y beber, así como un centro de salud, farmacia, cajero y albergue privado en Carcaboso.
Es muy importante reponer agua y comida en alguna de las tres localidades, ya que hasta Aldeanueva, si no nos desviamos hacia Oliva de Plasencia, nos esperan más de treinta kilómetros que discurren por caminos donde no encontraremos servicio alguno.
Si decidimos desviarnos hacia Oliva de Plasencia encontraremos allí todos los servicios mínimos necesarios (bar, restaurante, centro de salud, farmacia, tienda y albergue municipal).
La siguiente población, Aldeanueva del Camino, también cuenta con todos los servicios necesarios, incluyendo bares, restaurantes, centro de salud, farmacia, cajero, tiendas, albergue municipal y hotel. Si continuamos hasta Baños, solo nos separan 10 kilómetros hasta volver a encontrar de todo. Sin embargo, he de comentar que si vamos flojos de dinero y tenemos una tarjeta Servired, os aconsejo sacar dinero (o al menos buscar un cajero Servired) en alguna de las localidades anteriores, ya que en Baños de Montemayor no hay cajero Servired y las comisiones que te cobran te hacen replantearte si continuar el camino sin dinero en efectivo.
Por lo demás, en Baños hay montones de tiendas de  souvenirs y provisiones, aprovechando el tirón que les brinda la llegada de turistas y visitantes a sus afamados, por curativos, baños de aguas termales, cuyos restos de época romana se conservan.
Y algo guay, también en Baños, en los bares, al pedir tu bebida, tapita gratis! Así que a disfrutar de la riquísima y variada gastronomía extreñeña en un paraje sin igual.

Qué ver / qué visitar:

jueves, 18 de octubre de 2012

Otoño de castañas

Me levanto hoy y veo el cielo por fin cubierto y gris. Abro la ventana y huelo a lluvia, a calle mojada... Casi sin pensármelo retrocedo a mi infancia, cuando de niños buscábamos castañas en días como éste, aprovechando el momento justo en que paraba de llover...
A eso me ha recordado este día y de eso es de lo que voy a escribir hoy, de las castañas, frutos típicos otoñales, que llegan cargaditas de energía.
Pues bien, la castaña, a pesar de la mala fama que tienen los frutos secos de calóricos, es un fruto seco con un valor energético bastante moderado. Una docena de castañas (aproximadamente unos 100 gramos) aporta alrededor de 200 kcal, con solo un 2% de grasas, lo que las diferencia de otros frutos secos como las nueces (rondan las 650 kcal y de ellas, aproximadamente, el 70% corresponden a grasas) o las almendras  (con unas 575 kcal por cada 100 gramos y casi el 55% de grasas).
Otra de las características que diferencia la castaña del resto de frutos secos es la cantidad de hidratos de carbono que contiene. En la castaña, aproximadamente el 41% corresponde a hidratos de carbono, básicamente almidón, que procura energía de forma gradual a nuestras células, manteniendo un nivel de glucemia constante y evitando picos insulínicos. Esto las hace un alimento interesante a tener en cuenta en dietas de deportistas y diabéticos.
Además, aportan abundantes nutrientes como vitaminas C, B1, B6, ácido fólico y vitamina E; así como minerales, siendo los más destacables el potasio (500 mg/ 100 g de castañas), fósforo, magnesio y hierro.
Respecto al contenido en fibra y calcio, es moderado, no destacan especialmente por esos nutrientes.

Su aroma dulce y sabor delicado las hace un alimento muy a tener en cuenta para incluir en la alimentación de todos, tanto niños, ancianos, deportistas... Ya sean crudas, asadas (se digieren mejor aunque pierden parte de vitaminas, concretamente vitamina C) o integrándolas en otras recetas, dulces como el famoso y riquísimo "marrón glacé" (y que colgaré la receta en cuanto tenga castañas ;)), o saladas, muy típicas de la cocina asiática (aunque son otra variedad de castañas).

Y bueno, desde aquí animar a aquellos que podáis no solo a incluir la castaña en vuestras dietas, sino también, a que disfrutéis de esas agradables jornadas camperas en las que ir a buscar castañas era la excusa perfecta para echar unas risas en familia o amigos y disfrutar del abrazo de la naturaleza, el olor de la tierra y el contacto con el medio.

Que tengáis una buena tarde. Saludos!

domingo, 7 de octubre de 2012

Etapa 7. Cáceres - Grimaldo

11 de Julio de 2.012

Desayunamos una tostada, como todos los días (en un bar cerquita del taller) y esperamos que nos llame el chico.
Las 10 am. Nada... Las 11 am... NADA...
- Cris, ¿quieres kikos?
- Sí, claro.
Hay que ver cómo somos los españoles... Nos aburrimos y nos ponemos a comer... Nos hartamos de frutos secos esperando sentados en un banco, y nada... Sigue sin llamar.
A las 12 de la mañana, muertos de sed, decidimos ir a tomarnos una cerveza (en la Calle Hernán Cortés, la misma que el taller). Vamos al Mesón de la Cerveza, un sitio en el que mi hermano se había fijado ayer y que quería probar -entre otras cosas por la tapa gratis... lo conoceré...-. Pensamos que mientras que nos llama el chico del taller, nos tomamos un par de cervezas y su tapa y, con los frutos secos, ya estaríamos comidos, así que en cuanto nos diera la bici, saldríamos a pedales a tope, sin parar al mediodía.
Efectivamente, en la segunda ronda nos llama. La 1.15 pm. Vamos al taller.
Al final la broma ha salido por 29€ (pedalier, cambios y goma delantera). Esperaba más, la verdad.... Cuando el hombre me ve preparando las botellas de agua, me dice: "¿No tienes bidón?" Y yo, toda avergonzada... "No, qué va... Menuda ciclista de pacotilla estoy hecha!". El hombre se ríe y me regala un bidón... Se lo agradezco mientras preparamos la bici con ganas de salir zumbando. 
Pasa de la una y media de la tarde. Salimos rumbo El Casar de Cáceres. No hace mucho calor, de hecho, hace más bien fresquito. Tras 10 km de pedaleo, llegamos a El Casar.
Seguimos por la ruta. El camino se hace un poco más inhóspito y va haciendo calor. Tenemos que llegar a Alconétar, el pueblo que no es pueblo. Llegar se nos hace horrible. Las obras del AVE nos obligan a dar muchas vueltas y a hacer muchos más kilómetros por caminos de polvo en obras y camiones. Y encima las reservas de agua escasean. Creíamos que en Alconétar había "algo" y podríamos repostar allí, pero no... Cuestas bestiales y caminos de cantos rodados... Un poco más y me vuelvo a despeñar... Eso es la llegada a Alconétar.
Seguimos pedaleando por un caminito -más bien sendero- totalmente bbt. Es el que han habilitado paralelo a la carretera por las obras de AVE, ya que el original se encuentra cortado. Lo malo es que es un sendero con muchas piedras, minúsculo y de difícil tránsito en bici, y más cargados. Llegamos a la carretera, pero lo bueno dura poco. De nuevo tomamos otro sendero con fuertes pendientes y muchas más piedras (también con tramos de desvío por las obras del AVE).
Las piedras de la antigua calzada son horribles pero, al fin, llegamos a Cañaveral, donde junto a la fuente nos sentamos un rato, reponemos agua y merendamos como reyes: plátano y magdalena rellena de chocolate. Nos lo merecemos después de la odisea.
El tiempo ha cambiado. Se nubla y hace viento.
Descansamos un rato y emprendemos de nuevo la marcha. Dirección Galisteo. Antes está Grimaldo. La intención es llegar a Galisteo pero el camino, que sigue siendo de piedras y arena, de repente empieza a despuntar en una subida interminable y totalmente imposible de subir sobre la bici.
La pendiente es horripilante, más bien parece un cortafuegos. Las ruedas patinan y tenemos que bajarnos. Una vez arriba, un agradable paseíto a través de un bosque sombrío hace que lleguemos a Grimaldo con otro ánimo y sin complicación.
Nos desviamos a la derecha del camino, felices por coger por fin un tramo de carretera. Llegamos sobre las 19.30 pm a la aldea de Grimaldo. Pueblo enano, con un albergue municipal gratuito -la voluntad- en el que encontramos a nuestro primer compañero de viaje. Es un bicigrino madrileño que viene desde El Casar de Cáceres. Charlamos un rato con él, nos duchamos y luego nos vamos los tres a ver el pueblo.
En el bar, junto al albergue (una casa habilitada para 12 personas, con baño y cocina en perfecto estado. No se cobra nada, si quieres dejas la voluntad) tomamos unas cervezas mientras tratamos de arreglar el mundo... Rafa (el compañero madrileño), biólogo en paro, nos desvela sus comienzos en partidos de extrema izquierda y su descontento con la situación actual... A mí, que me hace falta poco para indignarme, las cervecitas me sientan genial y, ante un compañero de críticas, me siento después de siete días sin hablar de política ni problemas "reales" súper libre para despotricar del sistema... Nos sienta bien, a los tres... Aunque concluimos diciendo que no tiene arreglo...
Cenamos y, tras la clavada de la vieja del bar (se ha cobrado sin duda la cama del albergue en la cena), nos vamos a la cama, no sin antes intercambiar los emails con Rafa (él mañana sale antes que nosotros y, aunque vamos al mismo destino, puede que no nos veamos).
Mañana el objetivo es llegar a Aldeanueva del Camino, última jornada en tierras extremeñas.



RESUMEN DE LA RUTA:
  • Distancia: 53,08 km.
  • Dificultad: Media/alta 
  • Tiempo aproximado: 5 horas





Saldremos de Cáceres pasando por la Plaza de toros en dirección a El Casar. Una vez en la carretera, a unos 150-200 metros, veremos a la izquierda la señalización que indica que por ahí discurre el trazado del Camino de Santiago. Seguimos por ese camino y llegamos sin dificultad a El Casar, población que cuenta con todos los servicios básicos necesarios para parar y repostar.
Es conveniente preparar agua y provisiones, ya que hasta Cañaveral (casi 35 kilómetros) no hay nada por el camino donde poder parar y repostar.

Salimos del Casar sin problemas y retomamos el camino, con tramos de la antigua calzada que aún se conserva y varios miliarios. Al salir de El Casar nos topamos con un refugio de peregrinos bastante curioso y en muy buen estado. Después de las fotitos de rigor, continuamos sin prisa. De momento, hasta toparnos con las obras del AVE, el camino es accesible, tiene pequeñas subidas y bajadas pero no es especialmente incómodo.
Sin embargo, esta etapa se hizo más dura de lo que era en realidad debido a dichas obras del AVE, que nos obligaron a hacer muchos más kilómetros de los establecidos y por caminos bastante incómodos, con camiones y maquinaria de obra y mucho polvo. Además, influyó y mucho la hora de salida, casi la 1.30 de la tarde. Al principio no hizo mucho calor pero a medida que avanzábamos y nos metíamos en interminables caminos desiertos, solos, llenos de polvo y piedras (en su mayor parte discurre por la calzada antigua) el calor empieza a hacer estragos y, la ausencia de poblaciones o sitios donde repostar agua hace que la etapa se vuelva un poco angustiosa.
Al llegar al embalse de Alcántara la impresión de la estampa te hace olvidarte del suplicio del camino por el que te desvían. Aquí, la construcción de la presa dejó sumergida a la población, quedando solo a salvo de las aguas los restos del puente romano de Alconétar, trasladado más arriba. La torre de los Floripes emerge por encima del agua cuando baja el nivel de ésta. La verdad es que es impactante. Uno de los sitios más bonitos e impactantes de la Vía de la Plata.
Lo peor de la etapa es llegar a Cañaveral. Abandonamos las aguas del Alcántara tras un tramo por la carretera N-630. Al poco, de nuevo las obras, nos vuelven a dirigir por un tramo de calzada hacia la derecha. Entre jaras y encinas continuamos el camino. Una vez allí, aunque nos espera la subida al Puerto de los Castaños (desde la ermita de San Cristóbal, por un empinado sendero), si repostamos agua y descansamos un poco, el puerto, aunque intenso, no es muy largo, se sube con trabajo pero no se hace eterno. Y luego, hasta Galisteo es todo cuesta abajo (aunque nosotros paramos en Grimaldo por la hora, salimos tarde de Cáceres y ya íbamos cansados, si hubiésemos salido más temprano, sin lugar a dudas hubiéramos llegado a Galisteo).
Hay que destacar también que es sumamente fácil despistarse en este tramo debido a las obras. La verdad es que el desajuste es importante. Te desvían por tramos alternativos (no son los originales del camino) y no están muy bien señalizados. Además, se hace súper incómodo circular por caminos de polvo con tráfico de camiones.
De todas formas, a pesar de que hicimos más kilómetros y más incómodos, a mí, personalmente, me gustó el desvío que nos obligaban a tomar para llegar a Alconétar. Por las obras, nos desviaron hacia un pequeño sendero que iba prácticamente paralelo a la carretera y que, a pesar de que casi me despeño, disfruté muchísimo. No tenía más de 90 centímetros de ancho en casi todo el trazado, pero era continuamente arriba y abajo, entre surcos y piedras... Si hubiéramos llevado una buena bici de montaña y nada de carga, hubiéramos disfrutado como enanos de tramos de trail bastante completos.
Para mí fue mucho peor el siguiente tramo, desde Alconétar hasta Cañaveral. Aquí seguíamos la antigua calzada romana (lo que significa todo piedras sueltas), súper incómoda, carga muchísimo las muñecas y desequilibra las bicis. Además, luego nos vuelven a desviar el camino (un tramo bastante menor que el anterior) hasta alcanzar por fin, el camino original de la Vía de la Plata. Aunque siguen habiendo piedras, se entremete entre dehesas (con ganaderías de toros bravos que imponen un poco), y parece que el cambio de paisaje y dejar atrás las obras por fin, te mete de nuevo otra vez en el ambiente "mágico" y "paralelo a la realidad" del Camino de Santiago.

Una vez coronado el puerto de los Castaños, llegar a Grimaldo es bastante fácil. Primero nos adentramos en un bosque muy bucólico y bastante agradable. Por fin árboles que se agradecen después de tanto solano y algo de aire fresco. Algo más adelante encontramos la carretera de Holguera. La atravesamos y tomamos de nuevo el camino durante un kilómetro tras el cual vemos el desvío por carretera hacia la pequeña localidad de Grimaldo.
Tengo que repetir que es muy importante en este tramo llevar suficiente reserva de agua. Especialmente en verano o en épocas de mucho calor. Ya no es solo por la escasez de poblaciones, sino por el paisaje, desolador y sin sombra, y el relieve de la ruta, escarpado en ocasiones.


Alojamientos disponibles: la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Huelva nos facilita los siguientes:
  • Casar de Cáceres (Km. 332):
    • Albergue municipal (llaves frente Bar "Majuca"). 927 290 064.
    • Hostal "Las Encinas". 927 291 228.
    • Motel "Richardson". 927 290 001.
  • Embalse de Alcántara (Km. 354):
    • Albergue Alba-Plata. 927 108 300 / 927 476 034 / 664 262 742 / 659 355 436.
  • Cañaveral (Km. 365):
    • Albergue municipal (llaves en Hostal "Málaga"). 927 300 006.
    • Hostal "Málaga". 927 300 067. Precio por persona 20€, 2 personas 35€.
  • Grimaldo (Km. 374):
    • Albergue municipal. Llaves en Bar junto al refugio. Preguntar por Adela. 927 300 605 / 927 300 460 / 645 125 102. 12 personas. Donativo. 
Nosotros nos quedamos en el albergue municipal de Grimaldo. Es el de la foto. La verdad es que era el primer albergue "gratuito" donde nos quedábamos y la experiencia fue muy buena  También es verdad que solo estábamos los tres, pero el sitio estaba limpio, ordenado y cuidado. Tiene capacidad para 12 personas y dispone de todo lo necesario para ducharte, lavar ropa, tender y cocinar. Las bicis se pueden meter por la noche, aunque el pueblo no parece muy movido, no creo que pasara nada si se dejan por la noche en la calle (pero más vale prevenir...).

Servicios: la verdad es que esta es una de las etapas en las que nos encontramos más desprovistos de agua por el momento, pero fue un fallo de cálculo, ya que creímos que en Alconétar habría una localidad o algún sitio donde poder repostar agua y comprar algo.
En El Casar hay de todo. Famoso por su exquisita torta de queso de oveja, cuenta con bares, restaurantes, centro de salud, farmacia, cajeros, tiendas, albergue y hotel.
Alconétar es el pueblo inexistente que nos llevó a confusión. Después nos enteramos que había un albergue en el embalse, pero como no lo vimos señalizado antes del desvío hacia Cañaveral, ni nos dimos cuenta y continuamos casi sin agua hasta Cañaveral. Allí pudimos repostar en su fuente y comer algo. Hay tiendas y bares en la carretera, así como albergue municipal y hostal.
La siguiente parada ya es Grimaldo, aunque te tienes que salir del camino para llegar allí. Es una pequeña localidad que solo cuenta con bar y albergue municipal. Lo justo para echar un sueño reparador y comer algo ligero en el bar anexo al refugio. Digo algo ligero porque la señora que lo regenta se va temprano. Nosotros disfrutamos de unas cañas (atención, dato importante para los cerveceros fieles a Cruzcampo como yo! A partir de aquí ya cuesta la misma vida beberte una Cruzcampo... Ahora Mahou o Estrella de Galicia) fresquitas y sobre las 21.00h la señora ya nos instó a pedir algo rápido porque se iba (al final cenamos ensalada completa y lomo con patatas fritas, eran las opciones que nos daba la mujer). Las compras y comer algo más consistente hay que dejarlas para la jornada siguiente; ya en Galisteo sí disponemos de todos los servicios básicos.

Qué ver / qué visitar:
  • Grimaldo: 
    • http://es.wikipedia.org/wiki/Grimaldo_(C%C3%A1ceres)
    • Torre. En tiempos sirvió de defensa de la línea fronteriza extremeña. Actualmente es privada y no se puede visitar. Está convertida en vivienda. Cuenta la leyenda que en el castillo, perteneciente a la dinastía Grimaldi, vivía un terrateniente famoso por las vejaciones a las que sometía a sirvientes, mendigos y caminantes. Los mandaba decapitar y exponer sus cabezas en las almenas del castillo. Por eso se decía que era muy importante cerrar bien las puertas por la noche, especialmente en el refugio. Nosotros, por si las moscas, nos aseguramos de dejarla bien cerradita...