Todo pinta mal... Me llevo toda la noche vomitando y con diarrea. Fatal. Tengo una gastroenteritis en toda regla. No obstante, como puedo, me armo de valor y después de desayunar un trozo de manzana que a duras penas retengo en el estómago, salimos.
Hace mucho frío y tengo el cuerpo cortado. El camino a Salamanca (escasos 25 kilómetros) se me hace insoportable.
Mi pobre hermano me anima pero me siento fatal, la barriga me duele muchísimo y estoy súper fatigosa... A duras penas llegamos a Salamanca. Decidimos continuar hacia Calzada de Valdunciel pero es imposible... En un parque de una urbanización a 5 kilómetros de Salamanca paramos para comer, pero mi cuerpo no admite absolutamente nada...
Mi hermano, viendo que todo lo vomito, se va a un pueblo cercano a buscar una farmacia... Misión Pimperán.
Me siento súper mal, muy sola de repente y culpable de retrasar el viaje... Solo quiero llorar y volver a casa.
Por fin llega mi hermano. Me tomo el Pimperán y decidimos volver a Salamanca, así me quedo más tranquila por si tengo que ir al médico y, además, el albergue es gratuito (de acogida).
Vamos directamente al albergue. De paso vemos toda la zona antigua y monumental (el albergue está en todo el casco antiguo, junto al Huerto de Calixto y Melibea).
Nos acomodamos y me siento mejor, así que no vamos al hospital, decidimos dar un paseo por Salamanca. Lo que sí estoy es muy fatigada y cansada.
Vemos el museo de la Guerra Civil y Masonería, justo al lado del albergue, y decido que quiero investigar más sobre los masones.
Merendamos en un parque cercano y volvemos al albergue sobre las 21.00 h, ya que es como un convento... De 18 a 22 horas está abierto, a las 22 horas cierra y ya hasta por la mañana, de 7 a 8 horas, cuando tienen que salir todos.
Como un poco de pan que no me sienta mal y me quedo charlando con mi hermano un rato.
Antes de cenar llega al albergue un tal Francisco, de Sevilla. Viene caminando haciendo etapas de 60-80 kilómetros!! Una locura... Todos lo flipamos con sus batallitas, pero cuando baja a cenar los hospitaleros empiezan a hostigarle y a pedirle los sellos y las credenciales de los albergues en los que ha dormido, porque por lo visto no constaba en los registros y creían que estaba viajando en autobús o vete tú a saber cómo... El hombre no sabe qué decir, se enfada y se va a dormir... Una historia muy rara...
Nosotros nos vamos a la cama bien rápido también... Estas cosas dan mal rollo...
RESUMEN DE LA RUTA:
- Distancia: 25 km.
- Dificultad: Baja
- Tiempo aproximado: 1-1,5 horas
Dejamos atrás San Pedro de Rozados, por la carretera hacia Morille. Hasta Morille todo el trazado es exactamente el mismo que la carretera. Son solo 4,5 kilómetros, por una carretera muy tranquila y sin desniveles, así que la llegada se hace cómoda. Morille es una población muy especial, pequeñita pero con encanto, pueblo de artistas y vanguardia que no deja a nadie indiferente ante sus esculturas callejeras, decoración invernal del mobiliario urbano o colorido de farolas, buzones y otros ítems que decoran las calles y las hacen cuanto menos acogedoras y curiosas. Posee algunos servicios, como bar, cafeterías y hostal. Nosotros aprovechamos y paramos en el bar del hostal, un sitio pintoresco también, con mogollón de información de festivales y certámenes de arte.
Dejando atrás Morille, nos adentramos en caminos vecinales bien señalizados que sin pérdida, nos llevarán a Salamanca.
Como curiosidad, la cercanía a la ciudad y el interés de los salmantinos por la bicicleta, hace que esta etapa sea en la que más acompañados nos hemos sentido de todo el viaje; continuamente pasaban ciclistas en ambas direcciones a nuestro lado, preguntándonos que de dónde veníamos y que cómo íbamos.
Casi a las puertas de Salamanca aparece un cerrete donde se puede parar a hacer fotos de la ciudad. Lo corona una de las muchas cruces que vamos dejando a lo largo del camino.
Entramos en Salamanca por el Puente Romano sobre el Río Tormes, recorriendo la Rúa Mayor, la calle Libreros (donde se encuentra la universidad, con su mundialmente conocida fachada plateresca, y su reconocida biblioteca con más de 3.000 manuscritos e incunables), la Casa de las Conchas, la Plaza Mayor y sus dos catedrales, la nueva y la vieja, romántico y gótico unidos en un singular espacio. Junto al Huerto de Calixto y Melibea encontramos el Albergue de Acogida, gratuito y por estricto y riguroso orden de llegada.
Alojamientos disponibles: la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Huelva nos facilita los siguientes:
- Morille (Km. 519):
- Albergue Municipal. Calle Mayor, 1 (Mª José). 923 344 018 / 923 344 238
- Miranda de Azán (Km. 530):
- Albergue, bar y restaurante.
- Salamanca (Km. 540):
- Albergue Municipal (a partir de las 16 horas). "Casa de la Calera", en el Huerto de Calixto y Melibea. Capacidad para 18 personas por orden de llegada. 652 921 185. Gratuito (donativo).
- Albergue Privado Juvenil. Calle Escoto 13, 15 (Sr. Estévez). 923 269 141.
- Albergue Lazarillo de Tormes. Calle Lagar. 923 194 249.
- Hostal Catedral. Calle Rúa Mayor, 46.
- Hotel Emperatriz. Calle rúa Mayor, 18.
- Pensión Bárez. Calle Meléndez (junto a la Casa de las Conchas). 923 217 435.
Nosotros nos alojamos en el Albergue Municipal, íbamos con tiempo y pudimos estar allí a las 4 pm los primeros, así que no tuvimos problema para coger sitio (tienen preferencia los caminantes que los ciclistas). El albergue está muy bien, aunque las camas están en un dormitorio compartido (recomiendo tapones si molestan los ruidos). Tiene acceso al Huerto de Calixto y Melibea, lo que es un punto muy a favor, sobre todo los días muy calurosos, porque en el huerto refresca bastante y se agradece.
Tiene baños compartidos, separados por sexo y una cocina y comedor pequeñita para compartir entre todos.
Lo malo son los horarios, muy estrictos. si llegas después de las 22 horas, ya no duermes, y para entrar solo a partir de las 16 horas. Por la mañana igual, a las 8 de la mañana deben estar todos los alberguistas fuera.
Servicios: Realmente en una etapa tan corta como ésta no se necesita prácticamente nada, salvo agua, que con ir provistos, sobra. De todas formas, en Morille se puede repostar y parar a comprar algo o tomar un café. También tiene albergue, centro de salud y farmacia. En Salamanca hay absolutamente de todo.
Qué ver / qué visitar:
- Morille: población vanguardista con no dejará a nadie indiferente. No pudimos ver mucho, pero cada casa es diferente y sus habitantes disfrutan del arte y de la ornamentación de su pueblo.
- Salamanca: ciudad de parada obligatoria:
- Catedrales. tiene dos, una románica y otra gótica, impactantes.
- La Plaza Mayor.
- Universidad.
- Casa de las Conchas.
- Puente Romano.
- Huerto de Calixto y Melibea.
- Museos (nosotros entramos en el de la Guerra civil y Masonería, además de estar justo al lado del albergue, era gratuito, y mereció mucho la pena).
- http://es.wikipedia.org/wiki/Salamanca
- http://www.salamancaciudaddecultura.com/
- http://www.versalamanca.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario